La sabiduría del cuerpo

El cuerpo humano es ese lugar que habitamos durante nuestra vida. Los clásicos lo llamaban la casa del alma, en clara alusión a esa doble esencia material y espiritual. A menudo, nuestro cuerpo refleja nuestro estado de ánimo, y otras veces, es nuestro estado de ánimo el que se ve influenciado por nuestra condición física. Cuerpo y mente están pues íntimamente ligados, y nadie negaría hoy la necesidad de que exista un equilibrio entre ambos. La ergonomía viene desarrollando una labor fundamental en los entornos laborales para conseguir que nuestro cuerpo y, cada vez más, nuestra mente, no se vean perjudicados por las condiciones de nuestro puesto de trabajo y por el tipo de tareas que desarrollamos.

En nuestro cuerpo se dan cita sensaciones, pensamientos y emociones. Las primeras provienen del mundo físico. Las captamos a través de los sentidos repartidos por nuestro cuerpo. Esos estímulos pueden venir del exterior o pueden proceder del interior del propio cuerpo. Algo que a menudo nos pasa desapercibido es el hecho de que nuestro cuerpo vive siempre en el aquí y ahora. Para el cuerpo, pasado y futuro no tienen sentido, por eso es nuestro gran aliado a la hora de conectar con el momento presente, cosa que podemos hacer simplemente observando nuestra respiración.

Los pensamientos tienen su origen en la mente. Ésta, unas veces analítica, otras veces divagante y errática, siempre está dispuesta a etiquetar y clasificar todo. Los pensamientos se nutren de las experiencias pasadas y de sus proyecciones a futuro, de ahí que nuestra mente no sea partidaria de volver al momento presente, espacio en el que sólo tiene sentido si la estamos usando conscientemente para analizar algún evento en concreto.

Por último, las emociones se producen a caballo entre el cuerpo y la mente. Son cargas de energía que combinan manifestaciones físicas y psíquicas.

Considerar que nuestro cuerpo es un mero soporte físico, es obviar la conexión que tiene con nuestra mente y por tanto perder la oportunidad de conocer cómo nuestra mente se manifiesta a través del cuerpo. ¿Alguna vez hemos tenido una jornada de trabajo muy estresante y después del trabajo hemos notado una gran rigidez en el cuello o en la mandíbula?

Es muy importante que aprendamos a escuchar a nuestro cuerpo, a cuidarlo y valorarlo, porque con frecuencia, las dolencias físicas están reflejando alguna anomalía a nivel psíquico, y al revés, la atención que ofrecemos a nuestro cuerpo puede aliviar la tensión de nuestra mente. Cuando observamos nuestro cuerpo fundamentalmente tenemos sensaciones de temperatura, tensión, movimiento y contacto. Aprendamos su lenguaje, pues el cuerpo siente, presiente, intuye y de alguna manera sabe lo que pasa.

La medicina occidental actual ha comenzado a aceptar esa visión holística del ser humano que la medicina oriental nunca olvidó. Ahora acepta la conexión entre sensaciones, pensamientos y emociones, y empieza a ver la enfermedad como un desequilibrio dentro de un sistema complejo e interconectado. Nadie cuestiona ya la posibilidad de somatizar una situación concreta.

Por DAVID HERVÁS SANZ