¿Reaccionas o Respondes?

Todos podemos intuir la diferencia de matiz que existe entre reaccionar y responder a una situación. En el primer caso estaríamos basándonos en nuestra experiencia previa para actuar de manera inmediata, lo que da la sensación de rapidez y automatismo. Por su parte, responder parece estar asociado a la idea de menor rapidez y mayor reflexión. La respuesta es creada en este preciso momento para esta situación concreta sin “contaminación” del pasado.

Pues bien, en el ámbito neurológico, ambas actitudes tienen caminos diferenciados tal y como se explica en el esquema. Como podemos observar, la reacción se produce cuando la información sensorial recibida en el tálamo, pasa directamente a la amígdala y de ahí se emite una orden concreta. Se trata de algo inmediato y poco elaborado. En cambio, una respuesta pasa del tálamo al córtex y de éste a la amígdala. Esta “vía lenta” nos permite evaluar la situación y producir una respuesta más elaborada. Incluso nos permite abortar la reacción automática que puede haber emitido la amígdala.

Pero ¿Por qué existen dos vías? La respuesta está en la evolución. La amígdala es la parte más primitiva de nuestro cerebro y se le suele llamar cerebro reptiliano. Desde ella parten reacciones automáticas ante necesidades muy básicas que están orientadas a la supervivencia. En cambio, la zona del cortex es la parte más reciente de nuestro cerebro en términos evolutivos. En ella se analizan los problemas y se ubica nuestra creatividad. De ahí que toda respuesta que ha pasado por el cortex es más reflexiva que la que se produce de manera automática en la amígdala. 

Dejemos pues que la amígdala se encargue de salvarnos la vida ante un peligro inminente, pero no toleremos que decida por nosotros en situaciones de la vida cotidiana o en el ámbito profesional en las que no perdemos nada por reflexionar a penas unas décimas de segundo. 

La práctica continuada de Mindfulness desarrolla y fortalece la zona del cortex cerebral, de ahí que esté directamente relacionada con la mejora de nuestra capacidad para responder en lugar de reaccionar. 

Por DAVID HERVÁS SANZ