Aceptar lo evidente reduce el sufrimiento

Hoy en día no es raro encontrar a personas que afirman sentirse frecuentemente agitadas, intranquilas, nerviosas o inquietas. Todas esas situaciones de estrés, insatisfacción e infelicidad suelen estar causadas por una falta de correspondencia entre las expectativas personales -cómo queremos o cómo creemos que son las cosas- y la realidad. El trabajo, la situación económica y los problemas de la familia, especialmente de la pareja e hijos, son los principales motivos que aparentemente causan nuestra infelicidad, pero en el fondo lo que tienen en común todos esos problemas es que las cosas no son como nosotros consideramos que deberían ser.

Aquí tenemos un primer apunte de por dónde viene el sufrimiento a nuestra mente: Nos negamos a aceptar la realidad tal cual es. La negamos, y nos resistimos a la evidencia. Pero por más que negamos y nos resistimos, la realidad es tozuda y no cambia. De hecho, a una situación objetivamente desagradable, le estamos añadiendo un sufrimiento extra al resistirnos en lugar de aceptarla.

Ya sea en el terreno laboral, con la familia o los amigos, pasa exactamente igual. El origen de la mayoría de nuestros problemas no está en el entorno, en la realidad que nos rodea, sino en nuestro interior, o más concretamente, en cómo afrontamos las cosas que nos suceden. Muchas de las cosas que pasan a nuestro alrededor escapan a nuestra voluntad y control, pero no es menos cierto que tenemos la gran baza de elegir cómo encajamos lo que pasa. Eso es lo que realmente sí podemos elegir y hacer.

No se trata de rendirse o no hacer nada para que las cosas cambien, sino más bien, aceptarlas cómo son ahora, comprenderlas y a partir de ahí, comenzar a trabajar para que la realidad se parezca más a mi meta.

Mindfulness nos ayuda a ser conscientes de aquello a lo que nos estamos resistiendo y nos permite enfocar nuestra energía hacia la búsqueda de alternativas

Por DAVID HERVÁS SANZ